domingo, 6 de mayo de 2012

Mi confrontación con la docencia

Este escrito surge de la reflexión de la primera  unidad, encuadrada en nuestra práctica docente y nuestro sentir al respecto, las similitudes y diferencias, nuestros usos en esta actividad y el tratar de encontrar en grupo un camino común, que enriquezca la actividad docente.
Introducción
La confrontación entre la carrera que estudie y el hecho de incorporarme  como maestro del nivel medio superior y superior tuvo que ver con mí desarrollo profesional y laboral previo.
Estudie la carrera de Contador Público y a la vez la de Derecho. Mi sueño siempre fue ser abogada, vencer la injusticia y litigar, ideales que nos persiguen en la juventud. Pero el primer trabajo que me ofrecieron fue el de Contador, además de que ya había obtenido mi título y cedula; inicie en un despacho y de ahí salte a Contador General en una empresa, me enamore de mi carrera y ejercí en ella tres años; posteriormente me case y cambie mi lugar de residencia  y me llego una oferta de dar clases en una universidad, ya hace casi trece años, como la lectura cita me encontré con que 50 minutos se me hacían una eternidad, el material que había preparado era insuficiente y el estar frente a un grupo era aterrador.
El ser docente hace que me perciba realizando una actividad que me hace sentir un ser humano digno, hago lo que me gusta y además me pagan por ello. Cada cuatro años me impongo metas personales y profesionales y entre ellas busco mejorar mi calidad docente, preparándome y buscando nuevas estrategias, como por ejemplo este inicio de semestre inicie el funcionamiento de mi blog. Me planteo cuestionamientos al inicio y final del semestre; ciclos docentes, en los que pido al alumno al inicio propuestas de mejora en las clases y al termino del mismo a evaluación de mi desempeño y requiero sugerencias de mejora. De igual el sistema en el que laboro, realiza casi a medio semestre una evaluación continua al desempeño docente para verificar nuestro ejercicio.
Desarrollo
La docencia en la educación media superior, la considero una responsabilidad y una contribución a la sociedad donde ayudo a formar académicamente a jóvenes que están buscando un lugar en nuestra sociedad, que están delineando su vida y su futuro sustento. He participado ya por más de una década en este giro y no lo cambio por nada. Soy feliz en mi salón de clase; ahora una de mis frases es: “si todo fuera como en mi salón de clases”. Obtengo más de lo que doy, y eso que trato de dar el plus. Comento con mis chicos que una sesión la hago como chicle, pero me tiene que rendir, detesto que los alumnos anden detrás de los docentes en los pasillos pidiendo calificaciones o dando trabajos, destino parte de mis descansos a asesorías en los que ayudo a mi alumnado en sus dudas y entrega de evidencias complementarias.
Considero el hablarle al alumno por su nombre, personaliza y hace que la comunicación sea más cercana, sin barreras.
Que un alumno haya concluido su formación es una satisfacción innegable, que haya terminado su semestre también, que se acerque a mí y me diga la trascendencia que tuvo mi modulo todavía más, pero el saber que fui parte de su formación y ya es gente productiva tiene un gran peso positivo en mi persona. Lo contrario a ello me pone en proceso de reflexión; para buscar estrategias; aun cuando siempre les digo que no seré una piedra en su camino, creo hay ocasiones en que ellos se ponen las piedras para no avanzar, derivado de su baja autoestima o por falta de motivadores en su vida.
Al realizar la ponencia “La aventura de ser maestro” de José M. Esteve, hubo momentos en los que creía alguien narraba mi vida; es decir aspectos como:
a)    Permanecer en el aula y en el desarrollo, sentir alegría, gozo, disfrutar mi sesión. Compartir el afecto, desarrollarnos en un ambiente humanista.
b)    El miedo en mis inicios y las inseguridades, en cuanto a lo pedagógico y al dominio del grupo.
c)    El alumno se encuentra en un lugar de aprendizaje, pero el docente también, aprendo de mis alumnos, nuestras mentes se expanden
d)    La renovación pedagógica en el desarrollo docente, implica armarnos, para ejecutar nuestras funciones
e)    Y por último la alegría al ver el avance de nuestro grupo, el dominar una competencia y aplicarla.
Concluyendo enuncio:
El compartir durante este modulo nuestras debilidades y nuestras fortalezas, permitió renovarme, observar desde una perspectiva diferente mi práctica docente. Mejorar y saber que el aprendizaje continuo, me abastecerá de elementos para preparar a mis estudiantes objetivamente (es decir lo más cercano a lo medible), con el fin de fortalecer mis competencias docentes, con lo visto en esta unidad y lo que está por analizar.
Soy docente, hay fallas en mi sistema, hay errores en mi practica, pues no soy perfecta, pero estoy en pie para dar lucha; para continuar mi ejercicio educativo, aprendiendo y corrigiendo; ya que al igual que con los hijos, puedo decir: ¿Quién nos enseño a ser padres?, los hijos. Y equiparándolo a la docencia: quien nos enseño a ser maestros, son los alumnos.
Módulo 3. Especialidad Competencias Docentes

3 comentarios:

  1. Muchas gracias por tu aportacion.
    Saludos
    Atentamente Vania Velez

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  2. Hola compañera Mary:
    El ser docente no es tán fácil ya que se requiere de que estemos a la vanguardia tanto en nuestra licenciatura, como en la docencia por lo cual estamos llevando a cabo este curso tan interesante, donde estamos aprendiendo a encontrara estratégias nuevas para mejorar el aprendizaje.
    Saludos y muy interesante tu escrito.

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  3. Que tal compañera María Asunción:
    Sin duda muy interesante la manera como percibes que debe ser nuestro desempeño como docentes, que interesante sería que todos nos plantearamos metas y buscaramos cumplirlas para realizar nuestro trabajo cada vez mejor. Te felicito por tu desempeño compañera.
    Te mando un afectuoso saludo.
    Daniel

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